Una novela de "conciliación" de
antagonismos. Los dos personajes protagónicos de la misma, Narciso y Goldmundo,
siguen, cada uno, sus propios caminos, atraviesan -el uno y el otro-
innumerables desventuras y descubrimientos. Sus puntos de vista respectivos
sobre el mundo, sus cosmovisiones, bosquejan en el inicio trayectorias
marcadamente divergentes, para reencontrarse, después en lo esencial, hacia el
final de la obra.
La reconciliación es propuesta, hacia el desenlace, por el
novelista. Lo que se ve de hecho es que ambos personajes no han dejado de
pensar emocionadamente, el uno en el otro, a lo largo de toda la vida. A pesar
de las diferencias de enfoque, de objetivos, de menesteres que los han
atareado. Hesse buscará conjugar a su manera sin quebrantarlo, un dualismo manifiesto
entre espíritu y materia, entre espiritualidad y animalidad, o
entre la vocación y la mirada de las ciencias y la de las artes.
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